viernes, 13 de mayo de 2011

Caminando...

Una constelación de luciérnagas en celo vuela en remolinos entre mi estómago y mi pecho, el latir de las voces que reclaman atención duerme ahora y mil canciones de gloria se acomodan en mis oídos, mi garganta aprieta su manzana y el aire hace un esfuerzo inútil por entonar sonidos, el aire me sostiene pegado al suelo y a la horma que hizo con mi cuerpo para dejarlo inerte a su merced, mi corazón mide dos veces el tamaño que le toca y su compás estrena ritmo y los colores se hacen nuevos y veo más y veo mejor, ya no recuerdo si calor o frío, lluvia o viento era lo que antes me ocupaba, igual la piel de mi estatura se hizo entera de gallina, soy susceptible a recibir voltajes inconcebibles, vulnerable a los planetas, sometido a leyes que las matemáticas no entienden y por este pequeño instante no me pertenezco a mí mismo en absoluto; este frágil adictivo pequeño instante en el que el mundo cambia porque te veo pasar…

viernes, 21 de mayo de 2010

Lo poco que sé

Ahora empiezo un nuevo instante de final impreciso, con la única certeza de encontrar providencia en cada paso, en cada esquina y aún en la oscuridad oculta; porque cada día y cada segundo es nueva oportunidad, porque he visto claramente en la historia de las vidas, que la norma que nos rige sólo brinda bienestar y que todo lo que vive el corazón que está en vigilia, asegura mi azimut, el camino a mi destino, que no importa dónde quede, de seguro es el mejor. Aún no sé leer los signos pero tengo fe en que existen y que se hallan en la luna o en el libro de recetas, en el llanto de un bebé, en el agua de la ducha, en la ráfaga de viento, en el grito del sermón, en el canto repitente de la rima de un autista, en la flor o en sus raíces o en la tierra en que creció. Quien se digne a acompañarme entenderá que soy humano o que al menos yo lo intento mientras caigo y me levanto, me verá sonreír un rato por un abejón de mayo, cerrar los ojos ante una canción y tal vez, sólo tal vez, bendecir la esquina de la mesa donde golpeé mi rodilla. Hay tristezas y bemoles que jamás entenderé pero entiendo algo más simple que alimenta mi esperanza: hasta la pequeña lágrima debía salir cuando lo hizo, para provocar que por efecto de su gran pequeño gesto el trayecto de mi vida se parezca más a mí.

jueves, 13 de mayo de 2010

Pensando en ti

Debería ser sencillo hablar de ti pero soy sólo hombre, declarado masculino, imperfecto, indelicado y soñador; debería poder soltar a torrentadas los detalles infinitos que me envuelven en tu yang, siempre asido a mi rutina que me salva del olvido; debería tener muy clara la razón que hace sublime el simple gesto de tu mano pidiendo la palabra. Sería más fácil describir los fracasos de elocuencia si me miras: balbuceo; o contar las ocasiones en que suspiro inconsciente la última frase que dejaste pasear por mi alameda. He sucumbido perplejo al movimiento de tus labios y en medio de este trance de júbilo descubro: que el vaivén de tu cadencia determina las mareas, que la forma en que la que sientes se asemeja a la verdad, que el terso vértice de tus comisuras guarda secretos ancestrales, que las musas ríen, viven y cantan en tu vientre, que la forma en que te acercas alarga los segundos y en el maravilloso instante en que tu aura se descubre, el tiempo espera, el universo descansa y lo demás se congela. Deambulas por mi mundo izando tus sueños, cultivando esperanza, promulgando tu fe de valor innegable. Mantienes con vida el sustento de mi esencia y en tu abrazo reposa mi paz.

viernes, 14 de agosto de 2009

... Para Max...

Todos en la vida dejan una o varias huellas, todas son importantes, todas son memorables, por lo menos para mí, sin embargo no hallo forma de entregar este regalo que no ha sido forzado más que por la voluntad de la musa que me exige que lo deje escapar:..................... Hace muchas lunas con todo y estrellas, en un eclipse de tempisque, bajo un sereno de carbuncos, vieron salir de la coyolera a un ser polidimensional, tenía ropajes de sabio y sombrero de cordura, pero viéndose reconocido alzó en vuelo a ras de tierra dejando estela de calma fresca que a la gente le gustó y se alejó por la sabana, vistió sandalias, una guitarra y con un poco de locura recorrió por mucho tiempo los amores de la pampa; observó como los duendes: las parejas, los parajes, las miradas, escapadas, una que otra buena treta, las salidas memorables y guardó para sí mismo de entre todo lo mejor: los recuerdos de las cosas del amor y del humor, el misterio de los bosques, sentimientos de alegría y con los bolsillos llenos de historias inmortales, tradiciones importantes y otro tanto de folclor dicen muchos que le vieron regresar aquella noche calladito a la coyolera de donde una vez salió. También dicen que seguro sólo fue a vaciar las bolsas y que en una luna nueva bien oscura regresó, que le gustó tanto el sabor de aquella sabrosa tierra que siguió con su tarea de alcahuete y trovador, y que a veces dependiendo de cómo salga el sol, saca al ruedo su guitarra y algún cuento de la manga de su viejo pantalón y se ven cosas extrañas merodeando en su cabeza: algún cuerno misterioso que le cambia de color o un coyote solitario que espantó a la soledad con una dieta bien rara de luciérnaga sin sal.

martes, 28 de julio de 2009

EXCUSA PARA DOS

Ritmo no es invento de hombres, tampoco de mujeres, no es propiedad gratuita de la etnia más enérgica, no es marca registrada de poetas ni define qué es reloj o qué no lo es: el ritmo desde fuera o dentro simplemente existe y dota de sentido a la vida misma… ritmo el de nuestro corazón paralelo a la respiración, ritmo las mareas que palpitan por la luna que dirige su coro eterno porque ritmo tiene también, como el sol hace su danza paso a paso cada día, como Venus, las estrellas con su siempre titilar; ritmo el mágico destello del carbunco, el cocuyo, la luciérnaga y algunos seres del mar; ritmo mismo de las ramas que la brisa suele rozar ondeando las hojas, haciéndolas hablar… ritmo con la suerte de una sola pluma al viento, el volar de alguna lapa, la libélula, el laborioso colibrí… ritmo que imitamos al hacer una canción, al compás que poco a poco modifica el respirar y que afina los sentidos para ser en sincronía: un latido, un respiro, un movimiento repetido para todos por igual… entonces surge el hechizo que el ritmo suele trazar y hace que tu cuerpo se comporte igual al mío, que se tuerzan suavemente, se desplacen complacientes a la orden del sonido y la danza iniciará, como efecto ineludible de adiestrar al destino para unir nuestro camino por la gracia de un tambor; luego todo y hasta el agua se une fiel al cortejo de una mano en la cintura, de los pies huyendo un poco y volviéndose a buscar, de caderas que desfilan en lenta sinuosidad y es la excusa más perfecta a la hora de mostrar mi intención de verte cerca, dialogar con la mirada, de probar que sí eres cierta, que tu pecho atrapa el aire y no me dejará escapar, que estás cómoda en mis brazos, que tu aroma se devela, que tu labios desde cerca producen siempre sonrisas sinceras, que mis manos se funden en tu organismo liviano y suave, que el mundo se resume lentamente en tus ojos y poco a poco se aprende a volar… me preguntaba si… ¿Bailamos?

jueves, 16 de julio de 2009

... dejarse sorprender...

Detenerse a repasar los sonidos olvidados por prejuicios, por rutina, por acción con su omisión, por rebeldía o por pesadumbre, pero vueltos a soñar… saborear placeres nuevos cocinados con matices de ingredientes tan lejanos que sólo por tu mano adquirirán valor eterno… desterrarse los fracasos, arrancar los desencantos, desprender los sinsabores y de todo lo amasado rescatar lo imaginario, eso humano, consecuente, llevadero y sonreír… escrutar en clandestino las vivencias naturales sin dejar las emociones en reposo al porvenir, ser mortales recordando el sentir entrelazado en las cosas que tocamos para o en los demás… pensar antes once formas de llegar a cada puerta y por fin en su presencia y por flujos inquietantes, trascendentes, extasiantes pero siempre inexplicables, conjurar una doceava que lanzada sin proclamas resultó ser la mejor… contemplar aquel aliento superior que te atraviesa cuando sabes respirar e inundado hasta rincones que dejaste abandonados en algún lugar lejano, sublimar el movimiento permanente de tu cuerpo motivando impulso vivo hacia todo en derredor… elevar el rostro al cielo y encontrar ángulos nuevos descubriendo de camino que entre el verde había rosado, dos balcones, tres canarios, cuatro esquinas con ventanas de personas que devuelven su mirada sonrojada y resuelves en dos actos el enigma que cargabas y te sientes más liviano por cuestiones que en tu vida te sorprenden esperando tu mirada al caminar…

miércoles, 1 de julio de 2009

Algunas cosas que detienen el tiempo...

El vuelo estacionario de un colibrí a dos palmos de labios entreabiertos y el cuerpo congelado a voluntad para alargar el instante… todos los trazos de colores tibios de aquel sol que se sonroja en el umbral del cielo antes de dormir o despertar… el terciopelo tornasol de rocío que viste hojas, flores y todo lo dormido cada vez que el día abre sus ojos… la brisa prudente que se anuncia suavemente en el descanso merecido de un trabajo caluroso… la huella blanda de un melocotón que huele a miel a lo largo de la piel cuando roza la mejilla… el agua que baja a la temperatura del cuerpo y baña sin prisa por fuera y por dentro… el infinito verde arco iris de algodón que parece el bosque que se ve de lejos… la aparición intermitente hipnotizante de una mariposa traviesa atrapada eternamente en el azul eléctrico de sus alas… el hechizante brillo de la luciérnaga en una noche de cualquier luna… la propia luna si está desnuda, inspiradora y cercana… dormir plácidamente cuando se tiene sueño, satisfacer el antojo, rascarse cuando pica, un masaje en los pies o agua caliente para ellos si están cansados, la cabeza que tiene dedos surcando caminos entre el cabello o la espalda que tiene otros dibujando pausadamente sobre ella, qué decir si cabeza y espalda son de un mismo dueño… escuchar que me llamas tiernamente… verte dormir… tenerte cerca… soñar…

lunes, 22 de junio de 2009

... el universo en mi pulgar

Para cada opinión suele haber al menos un detractor, en esta que contemplo ahora seguro que los hay, pero por encima de ellos fluye la ilusión, la fantasía y el encanto atrapados en una personita que recién ve la luz del mundo y a mí me encantan… todo lo tienen en pequeñito excepto una cosa… sus deditos rara vez alcanzan a abrazar por completo mi pulgar, pueden viajar por horas en mi brazo hecho cuna, casi siempre les sobran las puntas de medias y escarpines, pero sus ojos tienen un brillo que supera lo descomunal y su presencia desdobla sin esfuerzo la dureza con que a veces paseamos por el mundo… que un bebé duerma en tu pecho tiene magia, te alimenta de algo que no sabías que carecías; que un bebé tome tu dedo aún por cuenta de un reflejo te aliviana y te deja sin fuerzas para desprenderte de su gesto, que un bebé te sonría te garantiza una conexión directa con el cosmos y entiendes por un segundo la creación y le das sentido a la vida… un buen día dejé de intentar comprenderlo y simplemente me dejé llevar, ahora soy uno más de aquellos que ante el bondadoso hechizo de una presencia tan pequeña no puede ni quiere evitar sonreír y perderse en esas miradas que recuerdan vida.

martes, 9 de junio de 2009

aire... inspirado

Creo que se podría no parar de describir y de escribir sobre los placeres contenidos en el uso de los sentidos, ni qué decir del manantial permanente de sensaciones que hibernan en la memoria, hasta que un simple aroma sutil se hace la llave del baúl de recuerdos, el despertador de las memorias en ensueño que bloquea la realidad y hace posible viajar en el tiempo a ese tiempo preciso y hace tangible el recuerdo, lo hace vivir otra vez… ocurrió que aquella noche transitaba como muchos de mirada perdida en el asiento de aquel bus, ocurrió que en aquel sitio una mujer muy mayor entró, ocurrió que de espaldas su asiento frente a mi tomó y cuando el vehículo arrancó la mujer desapareció y también los asientos y también el bus y mi respiración se hizo lenta y profunda para inundar los pulmones y alargar el encanto: su perfume distaba sólo un par de gramos de la esencia que calzó con mi pasado y llegué a mi pasado, no recordé, realmente viajé hasta ella, a cada uno de los momentos con ella, a su lunar, a su sonrisa, al punto de mi locura en su cuello debajo de la oreja, a su cabeza en mi pecho al bailar, a su cabello en mi cara con los ojos cerrados, pude verla, tocarla y preguntar por su destino, abrazarla, consentirla, tener sus manos tapando mis ojos para que adivinara sin error que tras de mí estaba ella con todo su aroma en flor, dormir en su regazo… pero no me pude despedir: aquella noche la mujer muy mayor bajó del bus, su perfume encantador escapó con su sombra y yo me hallé en la mitad de la nada, sorprendiendo a una sonrisa en mis labios difícil de disimular, esperando a que suceda otra vez…

miércoles, 3 de junio de 2009

... simplemente mar

Algunas veces creo que es persona, no sé si hombre o mujer pero persona al fin. Tiene furia entre sus dedos cuando viene tempestad pero siempre recuerda paz. Escucha paciente y devuelve a cambio tranquilidad. Su presencia inunda cada poro declarando inmensidad y la brisa que pasea sobre su rostro sereno susurra con voz propia los sonidos que alientan a continuar. He sabido, visto y escuchado a propios y extraños insultarle, confesarle, agredirle, orarle, llorarle o abrazarle por igual, en su rivera o sus adentros y tratarle como dios o como amante, padre, madre, amigo o hermano… Da lo mismo el ocaso o el alba, siempre que el sol se acomode en su cabecera el cielo se sonroja, los segundos van más lento, las facciones pierden movimiento, duerme todo lo molesto y da pie a cada latido, al compás de lo emotivo, une lazos distraídos atrapados en su tiempo o, en palabras pocas menos, enamora sin dudar y recuerda que estás vivo… En la orilla se aparecen en cualquier alineación las palmeras, los almendros y otros árboles también que regalan sin reclamo techo, sombra y un buen lecho donde reposar el cuerpo y la mirada, es allí donde su eco completa todo el hechizo y el duelo, la tristeza, el dolor o todo el peso que soporta en vida el alma, se escapan del cuerpo para nunca regresar y te llena con su aroma de cosas frescas y te deja más liviano para que vuelvas al andar…